jueves, 27 de mayo de 2010

SOMBRA

La sombra se refleja hoy mejor que ayer.
Se la ve contenta.
Despierta bien temprano, hace méritos y se esfuerza por aparecer.
Lo logra.
Una vez que está cómoda, no duda en refugiarse hasta quedar desvanecida en la vecindad de enfrente.
A veces se la nota eufórica, vital y cruel.
Yo tuve una sombra.
Aparecía de día, brillaba de noche.
Era incapaz de abandonarme. Se trataba de una sombra fiel.
Aparecía de día, brillaba de noche.
Hacíamos el amor de madrugada.
Se fue a la tarde.

martes, 11 de mayo de 2010

LOS MISMOS DE SIEMPRE

El domingo pasado, en la cancha de Argentinos, estuvimos todos.
Lo vi al padre de mi compañero de básquet, el pelado, buen tipo y comunista, Adolfo. Como siempre, no faltó loquillo, que está cada día menos loco y más espiritual. También apareció el ruso, que se vino en moto desde el country. Se hizo presente mi nuevo amigo Mario, que me cuenta a diario, sus aventuras con veteranas en New York City. Sobre la hora llegó el esposo de Claudia, la secretaria del colegio del Abasto. Lo vi también al gordo Martín que, aunque no le creí, me juró que hace la dieta de la sopa. Mirando a San Blas, estuvo el almacenero de la calle Cuenca y el hijo del histórico y medio chanta contador de mi viejo. En la platea, me contaron que lo vieron a mi compañero de la facultad y al recién divorciado y cuarentón hijo de Martina.
En el palco, siguió el partido, el gordo y ahora barbudo Maradona. En el banco, gracias a Dios, el gordo, ex mormón y afeitado bichi Borghi.
El domingo pasado, en la cancha de Argentinos estuvimos todos.