El domingo pasado, en la cancha de Argentinos, estuvimos todos.
Lo vi al padre de mi compañero de básquet, el pelado, buen tipo y comunista, Adolfo. Como siempre, no faltó loquillo, que está cada día menos loco y más espiritual. También apareció el ruso, que se vino en moto desde el country. Se hizo presente mi nuevo amigo Mario, que me cuenta a diario, sus aventuras con veteranas en New York City. Sobre la hora llegó el esposo de Claudia, la secretaria del colegio del Abasto. Lo vi también al gordo Martín que, aunque no le creí, me juró que hace la dieta de la sopa. Mirando a San Blas, estuvo el almacenero de la calle Cuenca y el hijo del histórico y medio chanta contador de mi viejo. En la platea, me contaron que lo vieron a mi compañero de la facultad y al recién divorciado y cuarentón hijo de Martina.
En el palco, siguió el partido, el gordo y ahora barbudo Maradona. En el banco, gracias a Dios, el gordo, ex mormón y afeitado bichi Borghi.
El domingo pasado, en la cancha de Argentinos estuvimos todos.
5 comentarios:
Qué grande, estuvieron todos. Suerte, Paul!
me hubiera gusado estar, auqne soy de river
Ojale vuelvan a esar todos con es poesía! felicitaciones. diego
poc spero buemos, felicitaciones Tiago
eso que dice la gente...
ari
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