miércoles, 6 de enero de 2010

CROTOS

Un día gris de 1930 José Américo Chezzi, picapedrero anarquista, sin trabajo, abandona su pueblo.
Durante 25 años camina sin otro rumbo que el trazado por las vías del ferrocarril, sumándose al mundo de los Crotos, trabajadores nómades por necesidad, que viajando gratis en los trenes de carga levantan la cosecha de la opulenta Argentina agrícola.
Reunidos en “ranchadas” alrededor del fuego. Toman mate, asan algún peludo, hablan de literatura, filosofía y política. Una pregunta les quita el sueño: es posible la libertad?

1 comentario:

Pablo Hupert dijo...

Esta pregunta es genial, don Katzo:
estamos todo el tiempo de aquí para allá, atados a nada como buenos crotos, pero, ¿somos libres?
Tal vez debamos investigarlo con los vecinos...